En tiempos de Felipe II se empezó la construcción de la Iglesia de Abajo (siglo XVI), al costado del Castillo, en plena huerta, levantada bajo la advocación de Nuestra Sra de la Asunción. El templo es de una sola planta, con artesonado de madera en el techo de verdadero mérito. Sobre una de sus dos puertas, la principal, existe un gran ventanal; encima del cual y debajo de un frontón con el anagrama de Jesucristo, tiene labrada la Cruz de la Orden de Santiago, más dos conchas de peregrino y fecha 1.590.

Tuvo la Iglesia un órgano, parecido al de la Iglesia de Liétor, con caja dorada destruido en la Guerra Civil española. También una pequeña capilla con cúpula de estilo gótico, denominada “de los Rubio”, antes pintada y hoy borradas esas pinturas de gran valor artístico, en cuyo lugar se encuentra situada la virgen de la Asunción. A la derecha un púlpito de estilo plateresco. Al final un gran cuadro de Jesucristo crucificado. Pilas bautismales muy antiguas y otros santos que se trasladaron a la Iglesia Nueva.

Iglesia de Abajo

En las cercanías del conjunto histórico Iglesia Vieja-Castillo, se encuentra un cerro denominado “El Cabezo”. Encima de éste quedan los restos de una antigua ermita llamada de San Cristóbal. Cuenta la gente mayor del pueblo que era paso de peregrinos y que se celebraban misas en su interior. Actualmente, se ha edificado la depuradora municipal al lado de este cerro. Al iniciar su construcción encontraron restos de una necrópolis hispano-musulmana, lo que hace pensar que el lugar estuvo poblado en época medieval.

Sigue en pie en las afueras de lo más alto del pueblo la modestísima ermita del Santo Sepulcro, en la Calle Calvario, situada en los aledaños de la llamada zona escolar.

 

Ermita de San Felipe

En la carretera del pueblo a Calasparra, se encuentra la ermita de San Felipe y Santiago, patrones de la Villa. Fue reedificada en 1.820, es sencilla con techado de madera y contiene las imágenes de los Santos Felipe y Santiago, imágenes del taller de Salzillo.

 

En la aldea de Los Olmos, existe otra ermita rural bajo la advocación de Nuestra Sra de los Dolores, también con artesonado de madera en el techo.

 

 

Existe también la Iglesia Nueva del pueblo, año 1.949, con algunos retablos de estilo barroco e imágenes como la Dolorosa, la virgen del Pilar, San Antonio de Padua y el Cristo Crucificado, popularmente atribuido a Montañés, aunque parece ser que pertenece a la escuela de Salzillo. Esta iglesia es de construcción sencilla y está dedicada a la virgen de la Asunción.

 

Anotamos a continuación algunos datos sobre las tallas religiosas mencionadas en el apartado anterior. Datos extraídos del libro “Francisco Salzillo y la escultura salzillesca en la provincia de Albacete” de Luis G. García-Saúco Beléndez, que se puede encontrar en la Biblioteca Pública Municipal de Socovos.

 

 Iglesia nueva

Virgen Dolorosa

Parroquia de la Asunción

Medidas: Alto: 152 cm. Ancho: 52 cm. Prof.: 40 cm

Imagen de vestir. Cabeza y manos de madera tallada y policromada

La cabeza es acertada aunque de poco relieve; las manos quizá están mejor ejecutadas. Sánchez Moreno la sitúa cronológicamente de los años finales, y textualmente señala “como todas las suyas, y de taller, lo mismo que la de Vélez-Rubio, también de vestir

 

Virgen del Pilar

Parroquia de la Asunción.

Medidas: Alto: 63,5 cm. Ancho: 16 cm. Prof.: 22 cm (total) Alto: 30 (Virgen).

Madera tallada, policromada y estofada.

Muy semejante en todo es esta talla de la Virgen del Pilar a la ya estudiada de Peñas de San Pedro, obra de Roque López, aunque aquí se ha prescindido de las nubes sobre las que se asienta la imagen de María. Parece ofrecer unos plegados de los paños menos angulosos y sí más redondeados. La cabeza de la Virgen está dentro de la estética murciana salzillesca, pero distinta a la que estamos acostumbrados a ver en Roque López, ya que carece de esa exoftalmía tan característica; por el contrario, la boca pequeña, los arcos superciliares y otros detalles de modelado nos la acercan a la cabeza de la Virgen del Rosario, obra de José López conservada en la parroquial de Santiago de Liétor. No sería, pues, extraño que esta escultura perteneciera a la mano de este otro discípulo de Francisco Salzillo, aunque, al carecer de documentación, toda adscripción, dados los parecidos, es aventurada.

  

San Antonio de Padua

Parroquia de la Asunción.

Medidas: Alto: 79 cm. Ancho: 36 cm. Prof.: 34 cm

Madera tallada, policromada y estofada.

Parecida en disposición general a la original de Salzillo de la parroquia de San Antolín de Murcia, aunque la elegancia de la pieza murciana se transforma en esta de Socovos en una obra más preciosista de gracia rococó. La actitud es la misma, pero el tamaño y sobre todo la cabeza, menos expresiva, hace vincular esta figura a las cosas de Roque López; quizás sea suya, aunque no aparezca en el catálogo. Precisamente la aludida cabeza es semejante a la del mismo santo de Higueruela o la del San Lorenzo de Alcaraz. Pero, frente a la cierta torpeza que apreciamos en los paños de la talla de Higueruela, aquí el tratamiento de los mismos está mejor resuelto. También este San Antonio es muy parecido al conservado en el Museo Salzillo, con semejanzas incluso en el estofado y policromía.

 

Crucificado

Parroquia de la Asunción.

Medidas: Alto: 155 cm. Ancho: 125 cm.

Madera tallada y Policromada.

Con toda clase de precauciones incluimos, por último, esta figura del crucificado entre lo “Salzillesco”, ya que nos han surgido serias dudas a la hora de fijar una filiación clara sobre esta pieza, a la que calificamos de notable obra escultórica.

Es evidente que en esta escultura hay un cierto carácter levantino, distinto de lo castellano y con unos aparentes recuerdos granadinos.

Anatómicamente, la figura está perfectamente conseguida, el cuerpo se modela con suavidad, sin estridencias se presenta a Cristo muerto en la cruz; no hay abundancia de sangre, pues si ésta fluye exagerada de la herida del costado es a causa de repintes posteriores. Del mismo modo aparece torpemente repintado el paño de pureza, perdiéndose todas las calidades de la talla de los pliegues.

La relación anatómica entre este precioso crucificado de Socovos y el Cristo del Amparo de la parroquia de San Nicolás de Murcia, obra de Salzillo es evidente. La disposición de las piernas es prácticamente idéntica, con el pie derecho sobre el izquierdo y semejante modelado. El torso, con la disposición de los pectorales y de la musculatura abdominal, vuelve a repetirse en todas sus formas. Los brazos, aunque parecidos, en el crucificado de Socovos están más levantados y, por tanto, el cuerpo más caído. Un detalle de interés es que la mano izquierda, clavada, presenta el dedo índice más separado y recto, igual que el de la imagen de San Nicolás. La cabeza, por el contrario, es aparentemente distinta en su disposición, ya que en la obra que estudiamos, se inclina con suavidad hacia la derecha, mientras que en el crucificado de Murcia esa inclinación es más violenta e incluso forzada. La disposición del cabello también es parecida: recogido sobre la oreja izquierda y con un mechón al lado contrario, la labra del mismo es con largos surcos, pero un tanto sueltos; sin corona de espinas (en el caso de Socovos es sobrepuesta). Por el contrario, la barba, en el de Socovos, es más abundante y voluminosa.